LA VIDA: ORDEN EN UN UNIVERSO CAÓTICO


Es muy probable que desde nuestros inicios como seres pensantes, los humanos hayamos tratado de explicarnos qué poder natural hace que ciertas cosas alrededor estén vivas. Desde luego, a lo largo de la historia diversos grandes pensadores y científicos han propuesto diferentes definiciones de vida, satisfaciendo en mayor o menor medida a la comunidad de estudiosos de la materia. Y es que pretender definir y explicar un fenómeno tan excepcional y complejo como la vida, requiere de mucha osadía y valentía intelectual.

Es muy interesante que, en lo que lleva durando esta discusión, la ciencia haya ido desarrollando definiciones desde diversos enfoques, de modo que hoy en día, existe un repertorio más o menos amplio de ideas respecto a la naturaleza de la vida. De modo personal, considero que uno de los enfoques más fascinantes para entender la vida es el que aborda este fenómeno con base en las leyes de la termodinámica. 

En líneas generales, esta definición nos dice que la vida es un estado de la materia en el cual "se retrasan" los efectos de la Segunda Ley de la Termodinámica... pero, ¿qué nos dice esta Segunda Ley?

La Segunda Ley de la Termodinámica se traduce de diversas formas en el mundo científico. Para ponerlo en palabras simples, esta Ley explica que la energía total del universo (que es constante) se va convirtiendo espontáneamente, 
con cada segundo que pasa, en calor, y el calor es un estado de la energía que no se puede aprovechar para realizar trabajo. Este tránsito de la energía es lo que se conoce como "aumento de la entropía" (entérate más de la Segunda Ley de la Termodinámica aquí).


"¿Qué tienen en común las rocas, las plantas, los animales y los humanos? Todos absorbemos y disipamos energía. Mientras una roca absorbe una pequeña cantidad de energía antes de devolver al universo lo que no utiliza, la vida absorbe más energía y libera menos. Esto hace que la vida sea mejor redistribuyendo la energía, y el proceso de conversión y disipación de energía es simplemente una característica fundamental del universo" (MIT physicist proposes new "meaning of life").


Pero, ¿cómo es que la vida "retrasa" los efectos de esta Ley? Veámoslo del siguiente modo: al pensar en un ser vivo, no se nos hará extraña la idea de orden y organización, ya que lo podemos percibir en sus estructuras, funciones y asociaciones (piense en las conchas de los caracoles, el funcionamiento de los flagelos bacterianos o la organización de las abejas en una colmena). Y es que la organización es una de las principales características de los seres vivos y muchas veces una de las primeras en ser mencionadas. Entonces, si un ser vivo es materia organizada u ordenada, nuestra limitada concepción de entropía como sinónimo de desorden y caos, nos podría llevar a inferir que aquel no cumple con lo que dicta la Segunda Ley de la Termodinámica (o dicho de otro modo, que un ser vivo en lugar de desordenar naturalmente, ordena). En efecto, hay personas que creen que la vida es una propiedad de la materia que le confiere el poder de transgredir la Segunda Ley de la Termodinámica, pero desde luego este enunciado es completamente errado.


Lo que ocurre en realidad, y en términos simples, es que la vida “ajusta la velocidad” del flujo de energía hacia la generación de calor o, dicho de otro modo, "hace que el desorden llegue, pero más lento", mientras el organismo se mantenga vivo, claro está.  Irremediablemente, al final la Segunda Ley de la Termodinámica se impondrá y el desorden de la materia, que conformaba al ser vivo, se llevará a cabo: lo llamamos muerte.


"La muerte es el último o máximo desorden" (Entropy, aging and death)


Jeremy England, físico del MIT, asevera que "la Segunda Ley de la Termodinámica le da un significado a la vida" (ver el artículo en inglés aquí). Algunas de las características que los seres vivos adoptan a lo largo de su proceso evolutivo -dice el científico- pueden ser explicadas no solo por las ventajas que le confieren en un ambiente hostil, sino también porque son termodinámicamente más simples de desarrollar.

Sin lugar a duda, este enfoque resulta ampliamente fascinante y discutible, pero no quisiera terminar este breve artículo sin antes dejar en claro al lector lo siguiente: que con todo lo que se conoce hasta el día de hoy, ningún fenómeno físico en el universo puede violar las leyes de la Termodinámica... y la vida no es la excepción.

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